Caer al agua es uno de los accidentes que más tememos los navegantes
La seguridad a la hora de alquilar un barco es uno de los factores más importantes a tener en cuenta. Para ello, antes de salir a navegar hay que revisar el equipo de emergencia del que toda embarcación debe estar provista. Ese kit debe estar compuesto por los siguientes elementos:
- Chalecos salvavidas para todos los tripulantes de la embarcación y para cada niño en caso de que los embarquemos.
- Radio VHF
- Botiquín
- Balsa salvavidas y Radiobaliza en el caso de que preveamos hacer navegación de altura
- Bengalas
- Bocina de niebla
- Espiches para cortar una vía de agua
- Espiches de madera
- Caña de respeto
- Dos estachas de amarre como mínimo
- Un bichero
- En el caso de que sea una embarcación neumática, un inflador y juego de reparación para posibles pinchazos
- Teléfono
En el caso de detectar que la embarcación no dispone del mínimo de seguridad exigido, debemos avisar en seguida a Nautal para prevenir a futuros arrendadores de charter que quizá sean menos exigentes.
Caer al agua, el accidente más temido
En el mar, uno de los accidentes más temidos por su peligrosidad es la caída al agua de uno de los tripulantes del barco. Para evitar esto, uno de los factores más importantes es que la cubierta del barco no esté resbaladiza ni llena de objetos.
En navegación en solitario y con tripulación siempre que las condiciones comiencen a ser incómodas es importante que toda la tripulación se asegure. En nuestra opinión lo mejor es un chaleco autoinflable con arnés, el cuál debe estar siempre atado a la línea de vida (cincha plana que recorre el barco por cada banda de popa a proa).
Lo más importante es siempre evitar la caída y para ello procuraremos que la cincha con mosquetones que ata el arnés a la línea de vida sea razonablemente corta y además procuraremos ir a proa siempre por el lado de barlovento.
En caso de que esto no haya funcionado y uno de nuestros tripulantes termine en el agua, lo primero que debemos hacer es gritar “hombre al agua” para que el resto de la tripulación se percate cuanto antes de lo sucedido. A continuación, debemos maniobrar hacia el lado de la caída para alejar la hélice de la persona caída. Una vez hecho esto, debemos apresurarnos a lanzar un flotador a nuestro tripulante en el agua.
Para el siguiente paso es fundamental que en ningún momento perdamos de vista al tripulante caído al agua mientras realizamos la maniobra de aproximación. Deberemos aproximarnos, reduciendo la velocidad, y arriar el aparejo en caso de tratarse de un velero. Llegada la hora de recoger a nuestro náufrago es muy importante que el barco quede a barlovento de él, dado que sino la embarcación se separará. Remarcar que en muchas ocasiones el accidentado no podrá subir solo a bordo, por lo que requerirá nuestra ayuda, que al mismo tiempo podemos ayudarnos, aparte de nuestra fuerza de cabos o incluso rizas tiradas por winches en el caso de veleros.
La vía de agua: la pesadilla
En general, las vías de agua se resuelven mejor de lo que podemos pensar a priori, especialmente si conocemos cómo actuar.
El primer paso es averiguar si el agua que inunda la cabina es dulce o salada.
En el caso de agua dulce podemos estar tranquilos, proviene de los tanques de agua del barco y no comprometerán la flotabilidad de la embarcación. Activar la bomba de agua de sentina puede ser suficiente.
En el caso de agua salada, sabremos que esta proviene del exterior y será importante localizar el punto de entrada. Los más habituales son: grifos de fondo (los tenemos en el baño, en la cocina y en la refrigeración del motor habitualmente), la bocina del eje de motor o junta del saildrive o finalmente una grieta debida a un golpe (en este caso probablemente nos habremos enterado antes).
Para los grifos de fondo lo primero que intentaremos si se ha roto la tubería es cerrar el grifo y lo segundo, colocar un espiche de madera.
Para una grieta la solución es más complicada, pero simplemente hacer presión con un cojín con el pié nos servirá para reducir el caudal de entrada y permitirnos pensar un poco.
Lo más importante es que la evacuación de agua sea superior a la entrada, para ello intentaremos eliminar o al menos reducir el caudal de entrada (colocando ropa, cojines, una vela amarrada por el exterior del casco o mediante el uso de pegamentos especiales) y evacuar la mayor cantidad de agua posible (mediante la bomba de sentina, liberando la tubería de refrigeración del motor tras cerrar el grifo o mediante cubos de agua).
Una vez esté mínimamente controlado, pondremos dirección al puerto más cercano, avisando por radio para que nos tengan preparado el travel lift y podamos sacar el barco del agua.
Si vemos que el caudal de entrada es tan grande que es incontrolable avisaremos por radio mediante el canal 16 a salvamento marítimo y seguiremos sus instrucciones. En cualquier caso prepararemos la balsa salvavidas, pero no abandonaremos el barco hasta que el hundimiento sea inminente (generalmente se habla de tener el agua entre las rodillas y la cintura).
Aunque no tiene por qué suceder ninguna emergencia mientras se esté disfrutando de un día navegando, es muy importante conocer y saber utilizar todas las herramientas que se incluyen dentro del barco.