¿Alguna vez has explorado Barcelona desde el mar? Alquilar un barco y disfrutar de una navegación privada por la costa barcelonesa es una forma totalmente diferente de conocer la ciudad y te podemos garantizar que merece la pena. Y mucho.
Barcelona está repleta de lugares fascinantes. Barrios como el Barrio Gótico, el Born; monumentos como la Sagrada Familia; montañas como Montjuic o Tibidabo; lugares tan emblemáticos y característicos como Las Ramblas y un sinfín más de rincones que convierten a la Ciudad Condal en uno de los destinos más visitados y apreciados por los turistas, no solo de nuestro país sino del resto del mundo.
Y ahora, gracias al turismo náutico, tienes un motivo más para redescubrir esta ciudad.
En el artículo de hoy, queremos compartir la experiencia a bordo que el equipo de Nautal tuvo la oportunidad de vivir, gracias a Sara, una de las propietarias de la comunidad de Nautal.
Sara cuenta con una flota de 16 barcos (formada, sobre todo, por yates, aunque también podemos encontrar una neumática y un velero) repartidos en puertos de Barcelona, Girona y las Islas Baleares. Son expertos armadores, perfectos conocedores del Mediterráneo y los mejores anfitriones que puedes tener a bordo, por el buen trato y la confianza que dan a sus clientes.
Navegar por alguno de estos destinos de su mano suena bien, ¿verdad?
Comenzando nuestra aventura a bordo
Empezando por las ventajas de navegar, lo primero que debemos decir, es que es una de las formas más seguras, si no la más segura, de viajar en la actualidad. A bordo del barco que elijas alquilar para disfrutar de una navegación privada tan solo compartes el espacio con las personas con las que hayas decidido hacerlo (y el patrón y la tripulación en caso de haberlos contratado).
Además, una vez a bordo cuentas con absolutamente todas las comodidades y lujos, para que lo único que aún necesites de tierra firme sean las espectaculares vistas de las que ahora disfrutarás desde tu barco.
Ya estamos casi a punto de embarcar, ahora solo necesitamos elegir la embarcación que más se ajuste a nuestras necesidades. Entre la flota de Sara, tuvimos la suerte de poder subir a bordo de su fantástico velero y disfrutar del bonito y soleado día que hacía en Barcelona, perfecto para izar velas y disfrutar de la navegación más auténtica. Este, un Jeanneau Sun Odissey de 14 metros de eslora, tiene capacidad para hasta 12 personas y cuenta con un acogedor comedor interior, 4 cabinas y 2 baños para permitir que la estancia, sobre todo si se alquila por semanas, sea lo más confortable posible.
Aunque son muchas las opciones disponibles. Podemos alquilar un catamarán si buscamos amplitud y estabilidad, alquilar una lancha si buscamos velocidad y sencillez o también podemos alquilar un yate si lo que buscamos es sentir que tenemos nuestro propio hotel de cinco estrellas en medio del mar.
3, 2, 1… ¡y a navegar!
Una vez nos ponemos en marcha, comienza la verdadera aventura. A nosotros nos acompañó Martín, un patrón experto que capitaneó nuestro velero y nos permitió disfrutar del espectacular skyline de Barcelona de una forma totalmente única y sin tener que preocuparnos de nada y que, además, resolvió todas nuestras dudas y ayudó a que la experiencia fuese aún más enriquecedora.
Ya desde el puerto puedes divisar unas increíbles vistas del Montjuic, así como de la tan característica arquitectura barcelonesa (propia de barrios como el Barrio Gótico, por ejemplo). Mientras navegamos para salir del puerto, vamos dejando atrás cientos de barcos que convierten la imagen en una postal para el recuerdo.
La navegación es relajada, el mar está en calma y el sol brilla en Barcelona. Nuestra música favorita suena mientras pasamos por la Playa de San Sebastián, Sant Miquel y, por último, la Barceloneta. Aunque aún es primavera, la playa y el paseo marítimo están llenos de gente, otra buena razón para alquilar un barco y disfrutar de una navegación privada, pero desde nuestra posición es como si la ciudad fuera para nosotros solos. Se puede apreciar la Sagrada Familia, el Parque de la Ciutadella y, al fondo, imponente, el Tibidabo, protegiendo la ciudad y coronando el skyline barcelonés.
La combinación de costa, majestuosos monumentos como la Basílica de la Sagrada Familia, modernos edificios como la Torre Glòries y la viva naturaleza del Parque Natural de la Sierra de Collserola, convierten el paisaje en todo un espectáculo para los sentidos.
Continuamos nuestra navegación privada por la Villa Olímpica, con su moderna arquitectura, sus famosos pubs y discotecas y los bonitos barcos que podemos encontrar en el Puerto Olímpico. Acostumbrados a conocer esta zona a pie, nunca te imaginarías que cambia tanto desde el agua ya que la magia es que podríamos estar ahora mismo en cualquier otra ciudad del mundo.
Seguimos navegando por la playa de Bogatell y fondeamos en la playa de Llevant. Es el momento perfecto para tomar el sol, relajarse o disfrutar de un buen chapuzón.
Si seguimos navegando rumbo hacia el norte llegaríamos hasta Badalona y el resto de los pueblos que conforman la Costa del Maresme, con playas calas y paisajes de una gran belleza.
Otros destinos para disfrutar de una navegación privada
Otra opción, sobre todo cuando se dispone de más tiempo es alquilar un yate, por ejemplo, durante una semana y seguir subiendo hasta Blanes, que es donde empieza la Costa Brava. Este litoral alberga algunas de las calas y playas más bonitas de España. De aguas templadas y cristalinas, paisajes escarpados y naturaleza salvaje. ¿Lo mejor? Muchas de ellas son pequeñas y poco o nada accesibles por vía terrestre por lo que acceder a ella mediante navegación privada será una experiencia inolvidable.
Otra de las opciones más valoradas por los amantes del turismo náutico es la travesía hacia las Islas Baleares, siendo el alquiler de barcos en Ibiza uno de los destinos más demandados. El capitán de nuestro velero nos cuenta que es una ruta muy amena y bonita y que desde Barcelona es muy sencilla y rápida de realizar. Y así puedes también disfrutar de otra de las joyas del turismo náutico español; el archipiélago balear.
Además, los barcos que se utilizan para ese tipo de navegación privada cuentan con todos los lujos y comodidades posibles, por lo que la travesía se disfruta no solo por la belleza de los paisajes y por la navegación en sí, sino porque te sentirás mejor que en tu propia casa a bordo de una de estas embarcaciones.
¡Repetiremos!
De vuelta al puerto nos sentimos muy felices. Barcelona es una ciudad que tiene mucho que ofrecer y esta vez nos lo ha demostrado, pero desde el mar. Sin duda, alquilar un barco para pasar un día y disfrutar del skyline barcelonés o visitar alguna playa cercana, para navegar hacia la Costa Brava o para dirigirnos hacia cualquiera de las Islas Baleares es una excelente idea que todos deberíamos probar, al menos, una vez en la vida. Sobre todo, si cuentas con la profesionalidad y la hospitalidad de gente como la que forma parte del equipo de Sara y que te hacen sentir como en casa.
Y viendo que el turismo náutico cada vez está más de moda… ¿por qué no izar velas este verano? Sara y su magnífico equipo te esperan en Marina Vela Barcelona con toda su flota.
¿Preparado para la aventura de tu vida a bordo?