¿Alquilar un barco con patrón o sin patrón?, esa es la cuestión. Si estás pensando en alquilar un barco con patrón y dudas, te damos 8 motivos para ayudarte a tomar la decisión. Pero te adelantamos que su experiencia te brindará nuevas posibilidades en tus vacaciones para navegar más lejos, más cómodo y con mayor seguridad.
Por Carlos Pich y actualizado por equipo de Nautal
1. No soy un lobo de mar
A veces la poca experiencia es posible que te haga dudar de tus capacidades para alquilar un barco. La responsabilidad que supone puede echarte hacia atrás, incluso aunque hayas navegado bastante como tripulante, siendo un amigo o familiar el responsable. Una cosa es ser un buen tripulante y otra ser el patrón del barco, asumiendo la responsabilidad y velando por la seguridad de toda la tripulación. Seguro que cuando aprendiste a conducir, primero fuiste en el asiento del copiloto y gradualmente te hiciste cargo del volante. Alquilar un barco con patrón profesional te dará la tranquilidad para disfrutar de tu sueño: pasar unos días de vacaciones navegando sin ser un lobo de mar.
2. Sin título no me la juego
La falta de titulación náutica o tenerlo con atribuciones limitadas pueden ser un impedimento para alquilar una embarcación. Alquila un barco con patrón y problema resuelto.
No te arriesgues a sobrepasar las atribuciones del título, ya que podrías verte en serios problemas. Más allá de una sanción y multa si las autoridades detectan que no tienes la titulación adecuada, y que debas interrumpir las vacaciones con el barco amarrado en puerto, carecer de la titulación necesaria para el barco alquilado o la zona de navegación anula el seguro del barco. Por no citar las consecuencias en caso de accidente o daños a personas. No juegues con fuego.
Te refrescamos las titulaciones. Patrón de Navegación Básica: hasta 8 metros y 5 millas de puerto; Patrón Embarcaciones Recreo (PER): hasta 15 metros y 12 millas de costa + interinsular, Baleares y Canarias; PER Ampliado: hasta 24 metros y entre Península Baleares; Patrón de Yate: hasta 24 metros y 150 millas costa.
3. Quiero nuevos horizontes
Alquilar un barco con patrón te abrirá opciones que sin él no te atreves.
A lo mejor tienes o navegas a menudo con un tipo de barco distinto al que te gustaría alquilar. Puede que suelas navegar a vela y te apetezca pasar unos días en un barco de motor, o viceversa. Tal vez nunca hayas navegado en un catamarán y sea un desafío desaconsejable hacerlo sin experiencia previa. Contar con un patrón te decidirá a navegar en barcos diferentes y descubrir nuevos horizontes. Puedes alquilar barcos con patrón en lugares tan lejanos como el Caribe o Brasil.
4. El patrón me guía
Si vas a navegar en un destino desconocido, alquilar el barco con patrón la primera que navegarás por esas aguas es una gran idea. Especialmente si nunca antes lo has hecho en zonas con mareas, en una zona con multitud de rincones, calas o islotes, o el destino es una “campo de minas” llenos de bajos, atolones o canales angostos. La tranquilidad que te aportará un patrón que conozca la zona no tiene precio, la diferencia puede ser tan sencilla como escoger los mejores puntos donde recalar, o incluso pasar de disfrutar esos días a bordo en vez de sufrirlos.
5. Mi cómplice de misión
Si tu familia no navega, una buena manera de compartir tu afición con ellos es alquilando un barco con patrón. Por un lado, les dará confianza y evitarás el pretexto “No nos fiamos de ti”, pero también podrás estar más pendiente de ellos, dedicarles más atención, compartiendo sus sensaciones en este mundo nuevo para ellos.
6. Quiero fondear sin tocar puertos
Una cosa es salir al mar en navegaciones de día regresando a puerto, y otra es hacerlo pasando las noches fondeados lejos de puertos. Un crucero fondeando permite disfrutar plenamente del mar, de su tranquilidad alejado de las aglomeraciones del asfalto y del permanente contacto con la naturaleza. Un programa de navegación fondeando no es especialmente difícil, pero requiere cierta experiencia. Saber en qué cala podemos hacerlo, el mejor sitio de cada rincón o la conveniencia del tipo de fondo para el ancla, es tan fundamental como las maniobras adecuadas y evitar que el barco quede a la deriva. Y una de las máximas de seguridad cuando fondeamos es no dejar solo el barco. Si queremos hacer una excursión, con el bote auxiliar o bajando a tierra, alguien debe quedarse a bordo por si los acasos.
7- Haré mi primera travesía nocturna
¿Has navegado mucho, poco o nunca de noche? ¿Te atrae?, ¿te da respeto? Puedes estar seguro de que si preguntas a un navegante experto sobre su primera experiencia nocturna, lo recordará con brillo en sus ojos. Especialmente sin costa a la vista. La falta de luz cambia las reglas de juego, desde las sensaciones hasta las precauciones para hacerlo con seguridad. La menor visibilidad requiere precauciones y protocolos distintos a la navegación diurna. Una noche con buena luna que convierta el plancton fosforescente de la estela del barco en una alfombra luminosa, no tiene precio. Tampoco lo tiene un patrón avezado y acostumbrado a navegar sin luna o con nubes que la tapen. Alquilar un barco con patrón es la solución para disfrutar al máximo de tu experiencia náutica a la luz de la luna.
8- Quiero aprender más sobre navegar
Que donde no hay patrón no manda marinero es tan cierto como que la tierra cada día da una vuelta. Siendo el responsable, sus decisiones no se discuten. Se pueden debatir, pero cuando él diga “blanco”, no le busque otro color. Sus “órdenes” no suelen ser rotundas y secas, vienen acompañadas de una explicación. Si tenemos mano izquierda y sentido común, lograremos aprender. Cuando el patrón nota que su tripulación tiene ganas de implicarse en las maniobras y en la navegación, está encantado de compartir su experiencia. Su motivación durante los días del chárter será distinta. Hay que saber romper la barrera, con tacto, sin prisas y respeto.
2 comentarios
Ahora no solo tengo gabas de navegar con patron, sino que me encantaria estudiar y practicar para llegar a ser patrón! Que maravilla la imagen de contemplar el plankton brillando bajo la luz de la Luna, en el medio del mar. Gracias por esta lectura inspiradora.
¡Gracias por tu comentario Gaia!